Ha sido un invierno en el que, sin punto de comparación, he entrenado más que nunca para llegar en todos los aspectos lo más preparado posible, y desde el primer momento que me monté en mi nueva KTM RC250 GP de 2017 las sensaciones fueron buenísimas y me sentía cómodo como si apenas hubiésemos tenido parón.
Los grandes protagonistas del primer día fueron el frio y el fuerte viento que soplaba en rachas, y que no nos dejaba llevar nuestro plan con normalidad.
Pero nos sirvió para ver lo duro que había trabajado KTM durante todo el invierno, con las mejoras que nos había traído en la nueva moto, y para empezar a cambiar nuestro chip a modo carrera.
Pese a las malas condiciones, al final del día conseguimos rodar bastante rápido y sacar algunas conclusiones que deberíamos verificar el segundo día de test si las condiciones eran mejores.
El segundo día amaneció con el cielo despejado y nada de viento, lo que nos permitió confirmar que las cosas que habíamos probado el primer día nos gustaban.
Gran parte de la mañana intentamos mejorar aspectos de la moto con neumáticos usados, a partir de la base de puesta a punto que teníamos del 2016.
Me sentía muy cómodo con las gomas usadas y antes de parar a comer, al poner el primer juego de neumáticos nuevos, conseguimos rodar en tiempos muy competitivos pese a tener algunos problemas de grip, y sacamos conclusiones bastante claras de los puntos que eran más importantes mejorar.
Después de comer quisimos probar un camino de puesta a punto muy distinto al que ya conocíamos y pese a que al principio me costó acostumbrarme, en pocas vueltas fui conociéndolo mejor y aprendiendo como tenía que pilotar para exprimir al máximo los puntos fuertes de este “set-up”.
Hicimos un “mini-simulacro” de carrera con neumáticos muy usados y las sensaciones y los tiempos cada vez iban a mejor, consiguiendo ser muy constante, por lo que al finalizar, decidimos poner otro juego de neumáticos nuevos para ver hasta donde éramos capaces de llegar.
El resultado fue buenísimo y pude rodar muy muy rápido y con mucha comodidad, aunque tuve que dar por finalizado el test con algo de antelación ya que tuve una pequeña caída por intentar apretar demasiado, pero lo importante es que tengo clarísimo cual fue mi error y que ahora se dónde están los límites de este nuevo “set-up”.
Creo que ha sido un inicio de pretemporada inmejorable, ya que hemos sabido exprimir al máximo estos dos días y hemos conseguido recuperar rapidísimo el nivel con el que terminamos el año pasado. Algo que es muy importante ya que poder empezar a trabajar tan pronto desde una buena base siempre da ventajas.
Otro punto a destacar y del que estoy muy contento, es el haber podido encontrar dos buenas bases de puesta a punto a partir de las cuales empezar a trabajar, ya que siempre es mejor tener opciones distintas por si un día no te funciona alguna.
Y algo que creo que también me ha ayudado mucha comparación al año pasado, es el haberme sentido tan bien físicamente porque me ha permitido exprimir al máximo cada vuelta y salida a pista, estando concentrado al 100% en mi pilotaje y en cada cambio que hacíamos.
¡Solo una semana de descanso y volvemos al circuito de Valencia los días 18 y 19 de febrero para el segundo test privado de esta temporada! ¡Que ganas!