El fin de semana en Barcelona empezaba muy bien. Mis sensaciones con la moto seguían siendo buenas desde el primer momento y pude estar dentro del top-5 en el primer entreno.
Por la tarde las condiciones de pista mejoraron mucho, y los ajustes que habíamos hecho funcionaban muy bien. Mis sensaciones eran muy buenas con los neumáticos usados, y cuando monté el juego nuevo pude seguir con las buenas sensaciones. Finalmente terminé el día como el más rápido.
Había sido un día muy productivo en general, porque no solo había sido el más rápido con neumáticos nuevos, sino que con los usados también había sido el más rápido y tuve tiempo para comparar los dos compuestos de neumático de cara a la carrera.
El sábado era el día de buscar una buena posición en parrilla, y tenía ganas especiales de conseguir la pole.
Además de ser mi Gran Premio de casa, junto a Argentina, se le sumaba la motivación de que volvía la afición a pista y estrenaba un casco muy especial.
Mi fotógrafo, al cual conoceréis como Shooterbikes, es un gran amigo mío y decidió darme una sorpresa y diseñarme el casco para este GP.
Un casco al que apodamos "Flash" por el trueno que lleva dibujado, y que hace honor a mi perro Flash, el cual se llama así por mi hermano.
En el FP3 seguí con mis buenas sensaciones, y pude mantenerme con neumáticos usados en la primera posición provisional. Quería guardarme dos juegos nuevos del compuesto más blando para el quali, así que decidimos hacer el "time-atack" con el compuesto más duro. Aun así, pude ser muy rápido, y me coloqué segundo de la combinada a menos de una decima del más rápido.
Para el cronometrado se levantó bastante viento en contra en la recta principal. Hice mi primer intento en solitario y pude marcar un buen tiempo que me colocaba primero provisionalmente.
Para evitar el caos habitual de los últimos minutos, decidí proponerle a mi compañero de equipo hacer trabajo conjunto. Yo solo necesitaba ganar algo de tiempo con un rebufo en la recta principal y luego tiraría yo delante porque me sentía muy fuerte rodando solo, y así los dos salíamos ganando.
Llevamos a cabo la estrategia, y ésta salió a la perfección. Pude marcar una vuelta rapidísima que me aseguró la Pole Position a más de tres decimas del segundo clasificado, y mi compañero pudo hacerse con la segunda plaza de la parrilla. Un día redondo para el equipo.
Fue una Pole particularmente especial, no solo por el hecho en si, sino porque era la guinda del pastel a lo fuerte que había demostrado estar durante todo el fin de semana. Ya solo tocaba rematar en carrera.
El wurm-up del domingo siguió yendo muy bien. Mi ritmo seguía siendo muy bueno y todo apuntaba a que podría hacer una gran carrera.
De hecho, estaba algo más nervioso de lo habitual, porque sabía que anteriormente no había estado tan fuerte en ningún Gran Premio, y quería rematar la faena.
Opté por el neumático más duro. Pese a que con las altas temperaturas sabía que me funcionaria mejor el blando, el desgaste era muy alto y con la larga recta de Montmeló iba a ser muy difícil escapar pese a mi ritmo, así que era importante llegar al final lo más fuerte posible.
Hice una gran salida desde mi posición de privilegio y pude mantener la primera plaza durante toda la primera vuelta.
El agarre en general era bastante bajo, pero mis sensaciones eran buenas. Tomé la estrategia de pilotar relajado e intentar mantenerme siempre en posiciones delanteras. Todo estaba saliendo a la perfección.
Hubo un pequeño momento de estrés, cuando Mcphee se cayó delante mío y estuve a punto de no poder esquivarle. Por suerte la única consecuencia fue perder un par de posiciones. Seguí concentrado y fui esperando a que se acercase el final de la carrera para atacar.
Sabía que tenía el ritmo con neumáticos usados para intentar escapar, y cuanto más al final de la carrera lo intentase más números de conseguirlo tendría. Pero también sabía que existía el riesgo de que, si lo intentaba demasiado al final y no me salía bien, con la larga recta de Montmeló y el viento que soplaba en contra, me adelantarían muchos con el rebufo y podría verme en una situación complicada.
Así que decidí ponerme como objetivo cuando faltasen 6 o 7 vueltas para el final. En ese momento vería como me sentía, y como veía el ritmo general de la carrera y decidiría si hacer el intento o no. Con el margen de que si no lo conseguía, aun me quedaban varias vueltas para poder recuperar posiciones.
Cuando faltaban 6 vueltas mis sensaciones eran muy buenas y el ritmo de la carrera estaba siendo muy lento. Así que decidí intentar ponerme primero para tirar. Lo intenté varias veces, pero al final siempre me adelantaba alguien con el rebufo y acababa llegando segundo o tercero a la curva 1.
Finalmente pude colocarme primero cuando quedaban 4 vueltas para el final. Dudé en tirar porque ya era demasiado tarde, pero pensé: "Quien no arriesga no gana", así que intenté hacer un cambio de ritmo para escapar.
Al pasar por recta, mi equipo me marcó en la pizarra que había conseguido abrir un hueco de tres decimas. Nadie me adelantó en la recta y seguí tirando otra vuelta.
Lo que yo no sabia, era que los 0.3s que había conseguido abrir me los habían recuperado en la recta con el rebufo. Como ya habían visto mis intenciones, no les pille desprevenidos en el segundo intento y estuvieron mucho más atentos para poder seguirme.
Quedaban tan solo dos vueltas, cuando al salir a la recta de meta me vi adelantado por prácticamente todo el grupo. Justo lo que no quería que pasase a falta de tan pocas vueltas del final...
Estaba entorno a la duodécima posición. Sabía que se me había complicado bastante la carrera, pero no dude en exprimir al máximo la situación.
Tuve que ser bastante agresivo, y tomé bastantes riesgos para abrirme hueco. En el ultimo sector ya esta en 7ª posición. Fue entonces cuando el caos empezó...
Algunos pilotos decidieron que no querían tirar delante y nos pusieron en riesgo a todos los demás. Estuve a punto de impactar contra alguno de mis compañeros, y aunque me benefició en cuanto a que gané dos posiciones, ese jaleo me hizo salir muy lento a la recta.
A final de recta volví a verme sobrepasado por prácticamente todo el grupo...
Sabía que la victoria que estaba buscando iba a ser prácticamente imposible de conseguir, e incluso el podio iba a ser muy difícil.
Pasé a varios pilotos por el interior de la curva 1, y a otros por el exterior de la 2. En cada hueco que veía metía la moto y fui ganando posiciones rápidamente. Estábamos a mitad del circuito y ya iba sexto. Tan solo quedaba un punto de adelantamiento, así que el podio era difícil, pero en moto3 puede pasar de todo hasta el final.
Me coloqué en el exterior de Oncü porque se cerró mucho en la frenada y me veía venir que alguien se iría largo. Por desgracia me vi en un Sándwich que me llevó a colarme a mi, y la única posición que había ganado en la frenada la perdí al colarme.
Mantuve la posición durante el último sector para cruzar la meta en sexto lugar.
Pese a que el resultado esta muy lejos de lo que mi potencial había mostrado durante todo el finde, hay muchas cosas positivas que sacar de este Gran Premio.
Todos sabemos que las carreras de Moto3 son una locura, y más en circuitos con rectas tan largas. Aun así, creo que he gestionado muy bien la carrera y que simplemente he estado en el lugar equivocado en el momento equivocado.
En ningún Gran Premio he estado tan solido y fuerte como aquí, y he estado a puntito de romper el grupo y escaparme, algo casi imposible en Moto3. Por eso me voy muy contento de la carrera de Barcelona. Mi confianza con la moto es buenísima y ahora tenemos que seguir aprovechando el buen momento en el que estamos.
¡Así que, vamos a por Alemania!