El primer entrenamiento no empezaba como deseaba. Una caída en tan solo mi segunda vuelta lanzada me dejaba con menos tiempo para adaptarme y para llevar a cabo el plan de trabajo.
Pese a todo, mi equipo hizo un trabajo de diez, y en apenas unos minutos pude volver a pista y empecé a retomar la confianza.
Para la última salida, mejoramos algunos de los problemas que tenía y pude bajar bastante mis registros. Pese a no ser tiempos realmente rápidos debido a las condiciones de la pista, terminaba el primer entreno en una prometedora 5ª posición.
Después de revisar los datos junto a mi equipo, para el FP2 hicimos algunos cambios más grandes para mejorar los problemas de giro que tenía en ciertos puntos del circuito.
En la primera salida, me centré en trabajar con el neumático más duro que había traído Dunlop. Mis sensaciones fueron mucho peores que cuando había probado ese compuesto por la mañana y pese a que la pista estaba en mejores condiciones, me costaba mucho encontrar el ritmo.
Hice una parada en boxes antes de lo que teníamos planeado, para intentar mejorar los problemas, pero los cambios realizados no fueron de gran ayuda. Así que para evitar la posibilidad de una confusión por culpa de un neumático “defectuoso”, pusimos el juego usado de la mañana.
Sin tocar nada en la moto, desde la primera vuelta las sensaciones volvían a ser muy buenas y mejoré los tiempos en gran cantidad.
Pese a no montar un juego nuevo de neumáticos, mi tiempo se acercaba bastante al récord de la pista y me dejaba con el 4º mejor registro del día.
Pese a que los resultados habían sido buenos, tanto mi equipo como yo no estábamos convencidos con los últimos ajustes, por lo que hicimos algunas modificaciones más para acabar de poner la moto en el sitio.
Por desgracia, en el FP3 la pista estaba mojada debido a la lluvia de la noche. Ya que no había más previsión de lluvia en lo que restaba de fin de semana, decidí no arriesgar y salí a falta de pocos minutos para tan solo dar algunas vueltas.
Ya que no habíamos podido probar los cambios en condiciones normales, dejamos la moto tal cual estaba para probarla en el cronometrado.
Desde la primera vuelta las sensaciones eran muy buenas. Mejoré ciertos aspectos de pilotaje y junto a los cambios en la moto que mejoraban justo lo que necesitaba, pude marcar ya en el primer “run” el mejor tiempo del fin de semana.
En la vuelta posterior a marcar mi tiempo, tuve una pequeña caída por intentar seguir mejorando. Pese a estar primero en la provisional, sabía que podía lograr un tiempo mejor si pulía ciertos detalles, así que volví a boxes y, de nuevo, mis mecánicos repararon la moto en tiempo récord.
Salí a pista para ver qué todo estaba correcto y así también retomar la confianza.
Una vez de vuelta a los boxes, monté el último juego de neumáticos nuevos.
Tenía claro donde tenía el margen de mejora, así que intenté posicionarme lo mejor que pude y empecé a apretar al 100%.
En mi primera vuelta encontré algo de tráfico. Pude mejorar algunas milésimas, pero sabía que podía hacerlo mejor y aún me quedaba una vuelta.
Tuve pista libre en el primer sector y me salió todo a la perfección. Salí a la recta de atrás y pude aprovecharme del rebufo de otro piloto para volver a tener pista libre en lo que quedaba de circuito. Llegue al último sector a -0.3s del tiempo de Jorge Martin (que ya había rebajado el récord del circuito), pero un problema en el embrague justo en la última curva, me hizo perder medio segundo que me costó la lucha por la pole.
Aún así, el tiempo de esa misma vuelta mi sirvió para conseguir la segunda mejor posición en la parrilla del domingo.
Después de un warm-up positivo, llegaba la hora de la carrera.
Vuelta de reconocimiento, todos de nuevo en parrilla y se enciende el semáforo.
Al apagarse las luces hice mi salida. Conseguí arrancar realmente bien y sin necesidad de arriesgar, pude colocarme en primera posición.
Sabía que tenía ritmo y para intentar romper el grupo me puse a tirar fuerte desde la primera curva.
Llevaba media vuelta liderando y parecía que empezaba a abrirse algo de hueco, pero entonces DiGianantonio me adelantó y empezó a batallar conmigo.
Intente pasarlo y centrarme en tirar, pero él no me dejaba y otros pilotos aprovecharon para unirse a la batalla.
Cuando vi la situación, luché para intentar mantenerme en posiciones delanteras todo el rato, ya que en Misano las carreras siempre acaban siendo en grupos pequeños y me veía capaz de formar parte del grupo de cabeza.
Pocas vueltas después del inicio, una caída múltiple rompió el grupo y aprovechamos ese pequeño espacio para poner más distancia de por medio.
Éramos 5 pilotos, probablemente los cinco que habían demostrado más ritmo a lo largo del fin de semana, y todos teníamos el mismo objetivo, la victoria.
El ritmo era muy alto y los 5 peleábamos de una forma muy limpia.
Estuve gran parte de la carrera en mitad del grupo, estudiando mis adversarios e intentando no desgastarme mentalmente ni físicamente.
Aprendí algunas cosas que me sirvieron para mejorar en los puntos que más sufría del circuito y utilicé una parte de la carrera para probarme adelantando de cara a la posible batalla de final de carrera.
Me lo estaba pasando bien y estaba pilotando muy cómodamente. Durante las 15 primeras vueltas de la carrera, la moto iba a la perfección e incluso pude marcar la vuelta rápida de la carrera, que además mejoraba el récord del circuito marcado en 2016.
Pero a falta de 6 vueltas, mi neumático trasero dio un bajón inesperado. Tuve un susto que me hizo pasar de tercero a último del grupo, y pese a recuperar el espacio perdido, ya no tenía el margen del inicio.
Dos vueltas más tarde, otro susto, y esta vez estuve a punto de irme al suelo. Mi mayor problema era que no conseguía entender el porqué de los sustos que tenía. No pilotaba de forma más agresiva, ni hacía nada distinto, parecía que simplemente había perdido el agarre trasero.
Pude mantenerme en el grupo hasta el final, pero cada vuelta que pasaba, la veía como una vuelta menos para poder cruzar la línea de meta. Cuando tienes esas sensaciones, es mejor no arriesgar más de la cuenta.
Finalmente pude cruzar la línea de meta en 4ª posición. Una posición trabajada y luchada que me sabía a mucho y a la vez a muy poco.
Estaba y estoy contento con la carrera que he hecho, pero no puedo evitar irme con la "espinita" de no haber podido ni siquiera intentar atacar al final. Teníamos el potencial a nivel de moto y pilotaje para luchar por el podio y la victoria, pero los problemas en las últimas vueltas me han quitado la confianza necesaria para luchar.
Aún así, 13 puntos muy positivos para el campeonato y seguimos progresando carrera a carrera.
¡Gracias equipo!