12º

GR2

23 de septiembre de 2020

Un toque condiciona nuestro resultado final

Llegaba muy motivado a la segunda cita de Misano. Venía de dos carreras muy buenas y queríamos conseguir los resultados que se nos habían resistido.

Durante el primer libre fue todo rodado. Pude volver a coger las sensaciones después de unos días parado. Logré un tiempo mejor que mi mejor vuelta de la semana anterior y eso me colocaba en 4ª posición.

Por la tarde estuvimos buscando algo más de grip. Probamos algunos ajustes y el ritmo era bueno. Cometí un pequeño error probando una marcha distinta en la última curva del trazado, y me fui al suelo.

Fue un pequeño arrastrón, pero nada que me impidiese volver a salir a pista para aprovechar los últimos minutos.

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Se estaba rodando muy rápido y sabía que necesitaría mejorar mi tiempo en el FP3 para pasar directo a la Q2.

Nada más salir al pude marcar el registro más rápido del entreno a milésimas de mi mejor tiempo del día anterior.

En la siguiente vuelta, tuve un "problema mecánico" al saltarse una marcha en mitad de curva, y eso me hizo volver a caer.

Esa caída me hizo perder un poco los nervios, porque sabía que necesitaría mejorar y no quería que me hiciese perder tiempo ni confianza.

Me montaron un juego de neumáticos del día anterior y, pese a saber que normalmente necesito dos o tres vueltas para que vuelvan a funcionar al 100%, cometí un error de novato y apreté demasiado desd el inicio.

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Venia bajando mi mejor registro en más de dos decimas al pasar el tercer sector, pero en la penúltima curva se me cerró la dirección.

Tres caídas en un mismo fin de semana, más caídas que en todo lo que llevaba de año. Estaba claro que la pista estaba delicada por la gran cantidad de caídas, pero no podía seguir cometiendo errores estúpidos.

No pude salir de nuevo y eso me dejo fuera de la Q2.

Tuve que pasar por la Q1, y mi gran día continuaba... Estuve primero todo el entreno y decidí (a diferencia de todos los demás pilotos) no entrar a montar un segundo juego nuevo de neumáticos, para así tener dos en la Q2. Pero eso hizo que yo no pudiese mejorar en mi última vuelta, pero cuatro pilotos si lo hicieron y me dejaron fuera del corte. Por lo que me quedé con muchos juegos de neumaticos nuevos pero sin el pase a la Q2. (Hay que tomárselo con humor)

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Había sido un mal día, y necesitaba hacer un reset mental. Un día malo no iba a nublarnos los siguientes. Estaba claro que la velocidad y el ritmo lo tenía, así que solo tenía que salir tranquilo a hacer lo que había estado haciendo hasta ahora.

El domingo por la mañana me levanté con muchas ganas y marqué un gran ritmo en el warm up con neumáticos muy desgastados. Logré el 5º mejor tiempo, pero lo más importante es que ya me había sacado el mal sabor de boca del día anterior.

Tenía claro que sería una carrera dura. Partía de la 18ª posición, pero sabía que con cabeza fría y calma podría abrirme paso hacia delante.

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El ritmo de carrera estaba siendo muy alto. De echo la carrera fue casi 20 segundos más rápida que la de la semana anterior. Eso hizo que tuviese que apretar mucho para remontar.

En las primeras vueltas me lo tomé con la calma y fui dando pasos pequeños pero consistentes.

Durante la remontada mejoré mi propio record de vuelta rápida marcada en el 2018. Además de marcar un nuevo record, también era mi mejor tiempo del fin de semana. Me sentía muy cómodo y fuerte especialmente en las frenadas, al igual que la semana pasada.

Pasado el primer tercio de carrera ya estaba con la mirilla puesta en el Top-5.

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Todo estaba saliendo a la perfección. Sin errores pese al riesgo que conlleva salir tan atrás y tener que remontar.

Una vez más estaba demostrando ser un claro contendiente al podio y a la victoria. Pude abrirme paso para colocarme en posiciones de cajón e incluso llegué a ponerme 2º.

Estuve varias vueltas intentando respirar y recuperar fuerzas después del apretón que había tenido que dar para avanzar tantas posiciones. Seguía dentro del Top-3 y con todo bajo control.

Fue a siete vueltas del final, cuando Masía adelantó a Vietti en la curva 7. Vietti tuvo que ralentizar un poco más de lo normal por el adelantamiento que le había hecho Masía a escasos centímetros suyos. Yo ya había frenado en mi referencia antes de poder leer el adelantamiento que iba a efectuar Masiá. Pude ver que cambiaban un poco la línea, pero no me esperé que fuesen a ralentizar tanto. Me fie demasiado.

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Cuando pude darme cuenta de que necesitaba ralentizar más, ya era tarde. Ya estaba con el máximo de presión en los frenos, pero aun así no pude evitar contactar con mi rueda delantera en la rueda trasera de Vietti. Fue un error mío, que no habría debido cometer, pero me fue difícil leer en ese momento el cambio de trazada y velocidad que iban a hacer.

Lo más importante fue que por suerte ninguno de los dos nos fuimos al suelo. Este acto en Vietti apenas tuvo efecto negativo, no perdió ninguna posición. En cambio yo, perdí mucho más la línea, y pasé de 3º a 12º en una curva.

Volví a la calma y confiaba en poder remontar algunas posiciones en las pocas vueltas que quedaban. Pero pocas curvas más tarde vi que no iba a ser posible. No me había guardado nada en la remontada. Tenía neumático suficiente para mantener el ritmo del grupo. Si siguiese en las posiciones delanteras habría tenido las armas, justas pero suficientes, para luchar y defender la posición entorno a la que rodaba. Pero estando tan atrás no tenía neumática para otra remontada.

En cada salida de curva hacia mucho "spin" si quería acelerar pronto para preparar el adelantamiento de la siguiente curva. Eso me hacia perder mucha tracción y llegaba demasiado lejos para probar un adelantamiento.

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Es duro, pero es así. En Moto3 un pequeño error te puede hacer pasar al último del grupo, y eso significa muchas veces estar fuera del Top10. El gran esfuerzo previo por la remontada y ese pequeño error condicionaron todo el resultado final y nublaron el alto potencial que había demostrado durante la carrera.

Finalmente crucé la meta en 12ª posición. Mi equipo y yo sabemos que no es nuestro sitio, pero también estamos muy tranquilos porque sabemos que, pese a que el resultado no diga lo mismo, la carrera había sido muy buena.

Todos pilotamos al limite y a escasos centímetros de distancia. Son cosas que pueden suceder. Lo más importante es que pese a los errores, seguimos sumando, y si cada domingo estamos ahí, llegara nuestro día de gloria tarde o temprano.

Listos para la última parada del triplete. ¡Gran Premio de Barcelona!